martes, 25 de septiembre de 2012

MÁS DE MEDIO SIGLO TRABAJANDO POR LA MÁSCARA DE PARACHICO

No se si gané mucho o poco, pero de todas maneras no tengo nada. Así comenzó la entrevista con don Antonio, un hombre de 77 años, de cabello blanco cenizo reflejo de la experiencia y, sus manos callosas resultado del trabajo dedicado por más de 60 años a la elaboración de la máscara del Parachico. Don Antonio López Hernández nació el 13 de junio de 1935 en la ciudad de Chiapa de Corzo y fue gracias a la insistencia de su padre quien lo motivó a aprender el oficio de tallador. A los 17 años de edad comenzaría su trayectoria. Hoy, conocido como uno de los artesanos más importantes por preservar la técnica original de la máscara lo que valió que en 1998 fuera Premio Nacional de Artes y Tradiciones en talla de la máscara del Parachico. Sentado y tallando una de sus máscaras, don Antonio retrocede en el tiempo, su infancia. Recuerda que en una ocasión su padre, que se dedicaba a trabajar el campo le dio 10 centavos y que sin pensarlo corrió a comprarse un cuaderno y un lápiz, pues sus deseos de aprender a leer eran grandes y sabía que tenía que hacer lo que fuera para lograrlo, sonrió. “Lo primero que hice con esos 10 centavos fue comprarme un cuaderno y un lápiz y fui a la escuela y que cuando me metí al salón de clases y me vieron los maestros pensaron que me había escapado a comprar algo; sin embargo, el maestro me preguntó en que año iba y respondí, que sólo quería aprender a leer y me aceptaron en la primaría; porque en realidad yo no estudiaba ahí, solo mis hermanos.” A los 17 años ingresa al taller del maestro Miguel Vargas Jiménez allá por los años 1952, éste era considerado uno de los mejores talladores de manera de esa época. Lo curioso del caso es que don Antonio no empezó haciendo precisamente, las máscaras. “Inicié haciendo imágenes de santos, pagaba yo en aquel tiempo 30 pesos mensuales por 2 horas; aunque también dentro del taller teníamos que hacer las máscaras y ahí fui medio aprendiendo hacerlas porque siempre me tocaba pintar santos y máscaras por la edad avanzada del maestro, pues él solamente tallaba y yo practicamente me fui atrasando porque siempre había algo que pintar”. Tiene en su haber más de 50 reconocimientos y todos destacando el estilo de tallar la máscara de Parachico, hoy declarado por la Unesco Patrimonio Intangible de la Humanidad. Su experiencia lo ha llevado a visitar países como República Dominicana, Colombia, Jamaica, Cuba e incluso Japón gracias a las invitaciones que ha recibido para exponer sus piezas, compartir su experiencia como tallador e impartir ponencias sobre su quehacer artesanal. Hoy día don Antonio López sigue trabajando en su taller, impartiendo clases de tallado; aunque también ya piensa en el retiro, pues su salud comenzó a deteriorarse; sin embargo, señala entusiasmado que quiere concluir su trayectoria con la realización de un libro sobre la máscara de Parachico. Al tiempo de enfatizar que a las máscaras le debe todo, por eso cree firmemente, que morirá pegado a la madera como las chicharras, concluyó.

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