El pasado 28 de septiembre al sonido del tambor y el carrizo, así como de los estruendos de los cohetes daban señal que la fiesta habría comenzado, y que la enrramada estaba siendo elaborada paso a paso por manos de hombres que por años, llevan dedicados ha conservar la tradición.
El arcángel san Miguel, conocido como patrón de los enfermos, y que en hebreo significa ¿quién como Dios?, es celebrado cada año por los chiapacorceños rindiéndole honores con la ya tradicional "enreama", que no es otra cosa, que adornar con ramas de benjaminas una base de bambú, colgando a su alrededor frutas como piñas, papayas, sandías, plátanos y las típicas roscas de melcocha y de pan. Así como de algunos trastes de plásticos que visten aún más la ofrenda.
La enrrama camina acompañado de mujeres, hombres, jóvenes y niños por las principales calles del pueblo al compás del tambor y carrizo anunciando la fiesta, hasta llegar a la casa donde yace en un altar; adornado con flores, velas y listones de colores la imagen del arcángel san Miguel; ahí la anfitriona, frente al altar, recibe de mano de los ofertores a los tres arcángeles; san Miguel, Gabriel y Rafael quienes acompañan la enrama. En agradecimiento, los invitados son bienvenidos con comida y bebida típica.
Las festividades continúan el día 29 de septiembre, su día; aunque también se celebra a los arcángeles san Gabriel y san Rafael. La fiesta es concluida con una ceremonia religiosa al interior de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán; y que durante todo el día, hasta el anochecer del 29 se reciben a cientos de devotos y visitantes que llegan cada hora manifestando la fe viva.
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