PEDRO JIMÉNEZ ANZUETO: UN ESCULTOR POR HERENCIA

“Dios me puso en este lugar porque sabe que en otro oficio, no sería tan feliz como lo soy ahora como escultor”, asegura el artista chiapacorceño. Los invitamos a conocer su trabajo en esta interesante entrevista. “No me considero digno de tirar un árbol para hacer una escultura, yo trabajo con madera muerta”: Pedro Jiménez Anzueto, escultor; apasionado del dibujo, la poesía y de la pintura. Es originario de Chiapa de Corzo, hijo de Pedro Jiménez Hernández reconocido escultor y Eva Anzueto Pérez. Es el segundo de cuatro hermanos; desde muy pequeño mostró habilidades para el tallado en madera, pues cada vez que tenía oportunidad gustaba de dibujar imágenes de animales. La creatividad y el talento para la escultura, llevaron al artista a generar sus propias obras, buscando siempre plasmar su originalidad y su amor por la naturaleza y los animales. Pedro Jiménez, con más de 30 años como escultor, platica el inicio en este largo camino de la escultura. Herencia familiar “Crecí entre las raíces y troncos de madera, mi padre Pedro Jiménez Hernández es un gran escultor, fue prácticamente mi maestro y mi inspiración; eso me motivo siempre el querer dedicar de lleno a este oficio”, asegura. La trayectoria del escultor comenzó cuando tenía 8 años, basada prácticamente en la admiración que sentía por el oficio de su padre. Eso lo fue motivando y cada vez que tenía oportunidad aprovechaba para tallar madera suave y dibujar figuras de animales, una de sus grandes pasiones. Su hermano Alfredo Jiménez también comparte el amor por la escultura; ambos fueron mostrando respeto y admiración por el trabajo que realizaban, junto al de su padre. “Mi aprendizaje empezó a muy temprana edad, recuerdo que desde niño siempre me atrajo mucho tallar madera suave y dibujar figuras de animales en mis tiempos libres. Además, veía como mi papá realizaba las esculturas, desde su proceso; es decir, cómo seleccionaba la madera, cómo empezaba con sus herramientas a darle forma, y ver terminada la escultura era algo maravilloso”. Pedro Jiménez mostró mucha más inclinación en el tallado sobre la naturaleza y el hombre, la relación que existe entre ellos, buscando siempre la originalidad en sus obras, “me gusta mucho tallar figuras de animales, en especial cocodrilos, así como de la fauna; retratar las raíces que nuestros ancestros nos enseñaron, tomando como referencia que el hombre es nada más parte de la naturaleza, no es dueño de ella. En mis obras siempre trato de plasmar eso, la relación hombre-naturaleza-cocodrilo. Recuerdo que mi primera escultura fue un armadillo y figuras religiosas”, sonríe. Gracias a su trabajo ha sido merecedor de reconocimientos importantes para su carrera como escultor, entre los cuales destacan el 1er lugar en la Tercera Exposición y Concurso Nacional de Artesanías “Las Manos de México” en Boca del Río en 1995; el 1er lugar en el XLI Concurso de la Laca y Máscara, en Chiapa de Corzo en 2008; el 2do. lugar en Talla en Madera en Toluca en 1994; el 2do lugar en el XII Concurso estatal de artesanías Fray Bartolomé de Las Casas, en San Cristóbal en 1995, así como el 3er lugar en el concurso nacional Gran Premio del Arte Popular, México D.F en 1995. También participó en la exposición “México Pictórico y Artesano” promovido por Pulsar Internacional y Coneculta-Chiapas, donde 4 piezas de artesanos chiapanecos participaron. Pedro era uno de ellos con la escultura “Ternura” (niño lacandón con mono araña) bella obra de una sola pieza, exposición que fue apreciada en Francia.